Durante la última década la presión ejercida por los distintos fiscos ha aumentado de tal forma que se multiplicaron los regímenes de información solicitado por cada uno. La peor situación que al estar sistematizado la gran mayoría de los procesos, el incumplir alguno acarrea algún tipo de inconveniente a nuestros clientes y terminamos siendo juzgados por una situación que es realmente injusta.
Entendemos necesario brindar información para que cada fisco tenga un panorama de las actividades de nuestros clientes pero no que de forma abusiva ante el mínimo incumplimiento o alguna información erróneo sea desproporcionada la sanción.
Seguramente muchos colegas coincidirán conmigo en que el caso paradigmático de la última década sea el famoso «Sircreb», este sistema da dolores de cabeza tanto a clientes como colegas. El sistema de retenciones bancarias fue impulsado obviamente por la bancarización de las operaciones, que crecieron en la última década, como también por los fiscos provinciales que vieron una forma fácil de recaudar lo que en la práctica muchos no pagaban o sufrían atrasos importantes. De hecho un dato que corrobora esto es que la recaudación de ingresos brutos se hace en un 80% por esta vía.
Más allá de este sistema particular, existen otros tantos que aquejan día a día nuestra labor profesional, entre ellos el que más ha redundado tareas ha sido la AFIP. Por citar un caso fueron los regímenes de retención de distintas actividades (colegios, expensas, tarjetas de crédito) que multiplicaron en forma exponencial un trabajo que debería ser del fisco. Esto llevó a una cuasi precarización de la profesión, limitándose a ingresar información y haciendo perder tiempo en regímenes de dudosa utilización.
Otro de los casos casi cotidianos es el de los aplicativos y servicios. Hoy en día convivimos con los caprichos de cada fisco que determina donde y como se hace la liquidación o el ingreso de información. Convivimos hasta en algunos impuestos con dos sistemas al mismo tiempo de liquidación, una por web y otra por aplicativo siap dependiendo el cliente de que se trate. Esto lleva a tener que estar constantemente revisando dónde se encuadra nuestro cliente prácticamente mes a mes ya que las condiciones, en la mayoría de los casos cambian de un momento a otro.
Convivimos a diario con una página que muestra toda clase de errores, constantes demoras en los servicios y la clásica caída del sistema en las fechas de vencimientos de los impuestos. Esto genera un malestar y pérdida de tiempo irrecuperable para los profesionales. Por ej. cuando implementaron el sistema IVA web el mismo no funciono directamente y tuvieron que extender la fecha límite de presentación, realmente un papelón. Eso sí, siempre que hubo un error la AFIP no compensa absolutamente nada, ahora si los que nos equivocamos somos nosotros…
Además hemos visto como la AFIP ha avasallado derechos totalmente legales y ha querido coartar los derechos de los contribuyentes, por ej. hace unos años los anticipos de ganancias se podía pedir automáticamente la reducción de anticipos, de hace varios años para acá este derecho fue prácticamente eliminado, el fisco ANTES de pedirlo ya avisa que hay que presentar papeles de trabajo y va a estar sometido a una fiscalización.
Sin lugar a dudas la gota que rebalsó el vaso ha sido el nuevo régimen de información de compras y ventas, o en palabras más simples todas las facturas de cada cliente. Esto genera tal caudal de información que realmente hasta me pregunto si se está utilizando, uno llegaría a pensar que esta sistematizado pero cada chequeo debe arrojar miles y miles de errores, por diversos motivos ya sea por criterio de cada empresa o por errores de carga, AFIP se tomara el trabajo de fiscalizar todos y cada uno de ellos? Permítanme dudarlo. Esto lo que nos demuestra es que se genera muchísima información, casi diría que el fisco tiene una radiografía de cada cliente si quisiera revisarlo a fondo pero es realmente utilizada? qué sentido tiene informar compras de 100 pesos? o de 50 pesos? con el valor depreciado de nuestra moneda es más el tiempo que se pierde cargando esta información que su real utilidad. Al principio de la nota aclare que no cumplir este tipo de regímenes acarrea sanciones, es cierto, el no cumplir conlleva notificaciones pero de ahí a utilizar esa información hay un largo trecho, de hecho ese sistema está diseñado mas con un fin recaudatorio que de real utilización de la información.
Es cierto que AFIP ha declarado que su objetivo final con todo esto es que ellos determinen el valor de IVA a pagar por cada cliente, pregunto y dónde está la autodeclaración entonces? los consejos bien gracias…
Una situación que ocurre hoy en día que no tiene explicación más que la desidia de los fiscos es las autorizaciones electrónicas. Prácticamente todos siguen con las viejas autorizaciones en papel, sobre todo sorprendente de parte de AFIP que ha avanzado en digitalizar todo menos este viejo sistema y seguimos yendo a las agencias con los papeles y perdiendo tiempo nosotros y nuestros clientes en certificaciones que podrían simplificarse enormemente si tan solo vinculamos un cuit con otro delegando ciertos trámites como hacemos con las actuales autorizaciones.
Una vergüenza realmente y vemos la inacción constante de nuestros consejos que no realizan las tareas suficientes para garantizar nuestro de ejercicio profesional ni ante AFIP que con el campo despejado nos ha cargado de tareas abusivas. Considero que los consejos deberían presentar un amparo, como lo han hecho los abogados con la nueva moratoria profesional, y limitar las facultades de AFIP ante tantos abusos y castigos hacia los contribuyentes y profesionales.
Sin lugar a duda que es una profesión maravillosa pero vivimos un tiempo en el que nos exigen cada vez más y muchas veces nos vemos perdiendo tiempo en producir información que realmente tenemos serias dudas que vaya a ser utilizada. Ojalá el próximo gobierno que venga nos pueda simplificar nuestra tarea en cuanto a trámites se refiere, nos de herramientas claras y sin multiplicidad de aplicativos para realizar la misma tarea y que podamos trabajar tranquilamente sin convivir pendientes de una nueva resolución que afecte a nuestros clientes cada día.