Generalmente cuando me consultan del tema de cómo fiscaliza hoy en día AFIP me encuentro casi siempre con las mismas respuestas, «AFIP no puede controlar a todos», «no hay suficientes inspectores para todos los argentinos», etc. Si bien es cierto que AFIP tiene recursos limitados para fiscalizar (económicos y de personal) eso no implica que el organismo siga haciendo fiscalizaciones igual que hace 10 años atrás.
¿Como era antiguamente una fiscalización?
El proceso empezaba con una inspección a la empresa/individuo donde se le pedía la documentación respaldatoria de sus operaciones y luego el inspector analizaba, de acuerdo a la materia a fiscalizar, si era suficiente prueba o no. En caso negativo el contribuyente tenía la posibilidad de alegar su defensa y oponer pruebas. Es decir siempre el fiscalizador actuaba EX POST, es decir actuaba luego de sucedido el hecho económico (facturación, compra, etc) y el proceso era 100% humano donde siempre debió intervenir un grupo de fiscalizadores de afip.
Esto claramente cambió junto a la tecnología, que revolucionó las fiscalizaciones y las modernizó al siglo XXI.
¿Cómo se fiscaliza actualmente?
No fue de la noche a la mañana que AFIP cambió sus sistemas y los fue actualizando, podríamos decir que arrancó aproximadamente hace 15 años con el puntapié inicial de las facturas electrónicas. Estas facturas eran muy acotadas a ciertos sectores, es cierto, pero le empezaban a brindar información de ciertos sectores que le interesaban en tiempo real (a diferencia de antes que tenían que esperar que el contribuyente lo exteriorizara en su declaración jurada o ir a fiscalizarlo personalmente). Con el tiempo, y sin dejar de ser polémico, AFIP fue ampliando el uso de la factura electrónica y de los regímenes de información (de expensas, tarjetas de crédito, débito, ingresos bancarios, compra de divisas, ventas de mercado libre, etc). Esto generó una masa de información tal que el organismo tuvo que contratar hace poco tiempo personal capacitado en big data para poder efectuar un análisis inteligente de toda esa información y, no solo controlar a los contribuyentes, sino además formar un patrón de cada uno sobre sus movimientos. Es decir pasamos de una fiscalización EX POST a una EX ANTE.
AFIP logró en poco más de una década pasar de fiscalizar un grupo muy reducido de contribuyentes a poder analizar a todos y, sobre todo, en tiempo real, lo cual quiere decir que estamos constantemente vigilados por el organismo ante cada movimiento que hacemos. Si bien hoy en día se siguen haciendo inspecciones presenciales, no son las más habituales, ya que los fiscalizadores esperan que el sistema les arroje las alertas y luego analizan si amerita o no una fiscalización.
Todo esto generó tal cambio que muchos colegas no pudieron seguir el ritmo y adaptarse a las circunstancias, quedándose con las viejas fiscalizaciones presenciales y sin darle el debido control a sus clientes sobre si están al día con sus obligaciones.
Si bien aún falta para que el proceso sea 100% digital, la AFIP cuenta con muchísima información y hay que estar muy atentos ante cada cambio normativo para no tener consecuencias indeseables a futuro.